El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) ha puesto en valor el papel de la fisioterapia en el tratamiento del dolor, aunque ha explicado que también pueden existir lesiones que deben ser atendidas y que cursan sin dolor.
Así lo pone de manifiesto el CPFCM en el videoconsejo del mes de abril de la campaña ’12 meses, 12 consejos de salud’ , que realiza junto al Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Cantabria, y que este mes lleva por título ‘Pruebas de imagen y dolor’: https://www.youtube.com/watch?v=-BsMbTvCdRI .
De esta forma, los fisioterapeutas explican en el vídeo cómo diversos estudios científicos demuestran que el dolor no tiene porqué ser siempre una señal exclusiva de una lesión y pueden referirse a un conjunto mucho más amplio de factores y cómo las pruebas de imagen pueden ser de utilidad para discriminar si existe o no lesión. “Debemos tener en cuenta que, de la misma forma que el dolor no está vinculado siempre a la existencia de una lesión, existen también algunas patologías que se presentan de forma asintomática, es decir, sin dolor; y una prueba de imagen como una radiografía o un escáner puede ser una herramienta de gran utilidad para esclarecer el diagnóstico”, indica la secretaria general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, Montserrat Ruiz-Olivares.
Y es que, tal y como explica Ruiz-Olivares, “los fisioterapeutas somos profesionales sanitarios cualificados para el tratamiento del dolor que conocemos e identificamos las posibles alteraciones del cuerpo con el fin de resolverlos con el tratamiento más adecuado para cada caso”.
Además, los fisioterapeutas recuerdan que muchos de estos diagnósticos, aunque cuentan en algunos casos con nombres poco atractivos, no son más que el reflejo de patologías que pueden ir apareciendo a lo largo de la vida de las personas y que están asociadas a los cambios de morfología de los tejidos que se producen con el paso de los años. “Para explicarlo de forma sencilla, es el equivalente a las arrugas en la piel, que tarde o temprano, acaban apareciendo siempre con el paso de los años”, añade Ruiz-Olivares.