El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) ha recordado, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra el próximo lunes, 19 de octubre, la importancia del ejercicio terapéutico antes, durante y después del tratamiento de quimioterapia o de radioterapia en pacientes con este tipo de tumor.
Se trata de una de las claves que recoge el videoconsejo del mes de octubre de la campaña ’12 meses, 12 consejos de salud’, que el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) realiza junto al Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Cantabria y el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de La Rioja, de forma conjunta, y que este mes pone de relieve la influencia de la fisioterapia en la mejora de la calidad de vida de personas afectadas por cáncer de mama: https://youtu.be/18olqqI0G64
Tal y como se indica en el clip, las secuelas físicas todavía son muy frecuentes en personas afectadas tras una cirugía, a pesar de la creciente eficacia de los nuevos tratamientos y la detención precoz. Y es en este punto donde la actuación de un fisioterapeuta es fundamental, ya que interviene directamente en adherencias y retracciones en las cicatrices, contracturas musculares, disminución de movilidad y fuerza, entre otros problemas surgidos como consecuencia de la enfermedad.
En este sentido, la secretaria general del CPFCM, Montserrat Ruiz-Olivares, apunta que una de las secuelas más recurrentes es la inflamación en los brazos en aquellas mujeres mastectomizadas. “4 de cada 10 tienen, como consecuencia de la operación, un linfedema”, señala, al tiempo que advierte que es necesario que este trastorno crónico y progresivo sea atendido y controlado por parte de un fisioterapeuta especializado para evitar su evolución.
Así, el linfedema se atiende combinando un tratamiento de técnicas de drenaje linfático manual, vendaje compresivo o neuromuscular, con un programa terapéutico de ejercicio respiratorio y aeróbico intermitente, que requiere, como norma, de 150 minutos a la semana de intensidad moderada y 75 de intensidad vigorosa para fortalecer y tonificar los miembros superiores.
Por último, Ruíz-Olivares asegura que se ha reforzado la atención a las pacientes de cáncer de mama y que, cada vez, hay más recursos privados y públicos disponibles y al servicio de las mujeres afectadas. “Acude a tu fisioterapeuta especializado o solicita ser atendida las Unidades de Linfedema del sistema público de salud”, ha aconsejado la secretaria general.