El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) ha destacado la importante labor que los profesionales fisioterapeutas pueden desempeñar en la prevención del cáncer de piel y otras lesiones cutáneas producidas, fundamentalmente, por el sol.

Así lo ha puesto de manifiesto la Institución Colegial con motivo de la semana del Euromelanoma 2019, una iniciativa en la que España participa desde el año 2000 y en la que se intensifica la información sobre la importancia de tomar medidas frente al sol, atendiendo, especialmente las dudas de pacientes con lesiones cutáneas.

En este sentido, el CPFCM ha destacado la importancia que puede tener el trabajo del fisioterapeuta a la hora de detectar estas posibles lesiones. “Por las características de nuestro trabajo, en el que tenemos habitualmente contacto directo con algunas zonas del cuerpo de difícil acceso visual, como puedan ser la espalda o la parte posterior de las piernas, debemos ser proactivos en la atención sanitaria a nuestros pacientes para detectar posibles lesiones cutáneas”, ha explicado el vicesecretario general del CPFCM, Luis Torija.

Del mismo modo, ha recordado que algunos deportistas que se prestan a mayor exposición solar como los ciclistas, y las personas mayores, por descuido o poca funcionalidad, son los perfiles en los que enfatizar la observación sobre sospechas cutáneas por tener mayor riesgo de lesiones de este tipo. Además, dada la condición de profesional sanitario del fisioterapeuta, “tenemos que contar con conocimientos básicos para poder transmitir la información necesaria al paciente en caso de detectar cualquier sospecha de lesión cutánea y derivarle al especialista”, ha indicado Torija.

Por este motivo, y tal y como ha explicado, “la Institución Colegial tiene el objetivo de implementar iniciativas que permitan a los fisioterapeutas adquirir más conocimientos sobre este tema y poder ofrecer una atención mucho más completa”.

Protegerse del sol

Uno de los objetivos fundamentales de la campaña es implementar hábitos de exposición al sol saludables, para lo que se recomienda el uso de gorros, gafas, filtros de protección solar y, sobre todo, no exponerse en las horas centrales del día. Tal y como ha explicado la dermatóloga Reyes Gamo, “estas son las recomendaciones para la fase de prevención primaria, pero respecto a la protección secundaria, una vez que el daño ya está hecho, bien porque nos hemos quemado de niños o porque hemos ido acumulando sol en nuestra piel; debemos observarnos y acudir al dermatólogo si vemos lesiones o cambios que nos parecen sospechosos”.

En este sentido, ha recordado que algunos de los signos que nos deben llamar la atención para acudir al médico son los cambios en lunares ya existentes, la aparición de nuevos lunares o lesiones en zonas expuestas al sol como la cara o el cuero cabelludo. “Debemos prestar especial atención también si aparecen lesiones que sangran o de rápido crecimiento”, ha añadido.

Asimismo, la especialista ha recomendado acudir al dermatólogo una vez al año y autoexplorarse, una práctica que, según ha explicado, “no requiere más de dos minutos y se puede realizar cada mes o dos meses con facilidad, utilizando un espejo para comprobar aquellas zonas de difícil acceso visual como la espalda”.

Por último, Reyes Gamo ha recordado que es fundamental protegerse del sol no solo en verano, en la piscina o en la playa, sino también en invierno y vigilar la piel independientemente de su fototipo. “Hay que protegerse del sol en cualquier época del año, especialmente si eres deportista o trabajas al sol, y olvidar la idea de que los melanomas solo aparecen en personas pelirrojas, de piel clara o con muchos lunares, porque el daño solar se acumula en cualquier tipo de piel”, ha concluido.