La fisioterapia respiratoria es una herramienta fundamental de ayuda para todos aquellos que quieran dejar de fumar, ya que disminuye los efectos de la ansiedad provocados por el síndrome de abstinencia que aparecen al dejar el hábito del tabaco.
Esta es una de las consideraciones que ha hecho el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), con motivo de la conmemoración del Día Mundial sin Tabaco, factor fundamental en el 90% de los pacientes diagnosticados con enfermedad respiratoria obstructiva crónica (EPOC) y causante de diversas enfermedades respiratorias.
Y es que, según explica el secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, José Santos, “algunas técnicas de fisioterapia respiratoria como las prácticas ventilatorias o el ejercicio físico controlado, ayudan a las personas fumadoras con episodios de dificultad respiratoria y ahogo, a reducir estos episodios”.
Además, las técnicas de relajación y de control de la respiración son otras de las acciones de fisioterapia respiratoria más comunes que contribuyen a “prevenir, estabilizar y mejorar las alteraciones que el tabaco haya producido en el sistema respiratorio”, añade Santos. Los fisioterapeutas advierten además del peligro de considerar el tabaquismo como un hábito integrado en las relaciones sociales, y no como una enfermedad que produce patologías respiratorias que además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mata a entre un tercio y la mitad de las personas que fuman.
En este sentido, la fisioterapia respiratoria ayuda también a evitar las infecciones de bronquios y pulmones, mejorar la fuerza de los músculos ventilatorios y optimizar la función respiratoria, lo que contribuye a medio largo plazo a disminuir el número de ingresos hospitalarios.
Fisioterapia respiratoria en el tratamiento de la EPOC
En el caso de las personas que sufren EPOC, los programas de rehabilitación pulmonar con fisioterapia contribuyen a paliar los síntomas de la enfermedad y además “ayudan a educar al paciente en la prevención de posibles crisis, a controlar y mantener los síntomas y a mejorar la actividad física general o conseguir la independencia en actividades cotidianas, entre otros beneficios”, explica José Santos.
Este tipo de programas con fisioterapia están indicados fundamentalmente para aquellos pacientes con EPOC que sufran hipersecreción bronquial, hayan sido hospitalizados varias veces al año y hayan sufrido limitaciones en su autonomía diaria, como consecuencia de la enfermedad. Además, “están indicados como tratamiento tanto pre como post quirúrgico”, añade Santos.
Dentro de las técnicas que se pueden utilizar en fisioterapia respiratoria para el tratamiento de la EPOC, algunas de las más eficaces son la respiración diafragmática, que permite movilizar el diafragma del paciente; los ejercicios de expansión lateral basar, que consisten en la expansión de la parte baja de un lado del tórax contra resistencia, o el entrenamiento progresivo de la musculatura de las extremidades tanto inferiores como superiores.
Además, Santos destaca el método del soplido con vibraciones y drenaje postural con percusión que “se lleva a cabo mediante una expiración violenta y prolongada con la glotis bien abierta que permite la expectoración sin gran esfuerzo y que además, puede valerse de la tos y la expectoración asistida, siempre que se haga con precaución y de forma controlada”.
Por último, el CPFCM ha recordado el grave coste humano y económico de la EPOC, que se traduce en aproximadamente 18.000 muertes al año y más de 230 millones de euros anuales, convirtiéndolo en un grave problema de salud pública, que afecta a más del 10% de la población española y al que debemos prestar especial atención”, alerta José Santos.