El ejercicio terapéutico pautado por un fisioterapeuta y con su supervisión durante el envejecimiento, disminuye el riesgo de padecer procesos degenerativos como la demencia, según ha informado el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).

Se trata de una de las observaciones del videoconsejo del mes de mayo de la campaña ’12 meses, 12 consejos de salud’, que el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid realiza junto al Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Cantabria de forma conjunta y que este mes aborda la aparición de la demencia en las últimas etapas de la vida y cómo prevenirla: https://youtu.be/5y8Zxfnd7Qs

Además, los fisioterapeutas inciden en los beneficios del ejercicio para potenciar otros aspectos del cuerpo como el equilibrio y la fuerza para evitar caídas, así como para mejorar el estado de ánimo, la movilidad o la independencia. “Hacer ejercicio con tu fisioterapeuta además es un buen recurso para reducir el dolor y la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, entre una larga lista de beneficios nada despreciables que pude proporcionarnos”, añade la secretaria general del CPFCM, Montserrat Ruiz-Olivares.

Sin embargo, destacan que la demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento pues, según reflejan diferentes estudios, si bien el 65% de las causas que la producen son aquellas en las que no interviene la propia persona como la edad, el sexo, o la genética; en el 35% restante sí influyen algunos comportamientos o hábitos de vida durante la juventud, la etapa de mediana edad y el envejecimiento.

Así, mientras que, durante la juventud, estudiar puede reducir la posibilidad de tener demencia en un 8%, en la etapa de mediana edad, perder audición puede aumentarla un 9%, la hipertensión en un 2% y la obesidad en un 1%. En la franja de edad avanzada, fumar puede aumentar estas posibilidades en un 5%, la depresión en un 4%, la inactividad física en un 3%, la soledad social en un 2% y la diabetes en un 1%.

“Estos datos nos recuerdan la necesidad de llevar a cabo rutinas saludables durante todas las etapas de la vida, así como la importancia de hacer de la actividad física como una parte más de nuestro día a día que, en un futuro, puede prevenir complicaciones como la demencia”, apunta Ruiz- Olivares.

La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. En concreto, la enfermedad del Alzheimer, que es su forma más habitual, supone entre un 60% y un 70% de los casos de esta enfermedad que es una de las principales causas de discapacidad y dependencia de las personas mayores de todo el mundo.