Aplicar ejercicio sin supervisión sanitaria en pacientes con obesidad conlleva diversos riesgos, por la cantidad de patologías relacionadas.

Riesgos del ejercicio sin supervisión en obesidad

En el Día Mundial de la Obesidad, los fisioterapeutas madrileños recuerdan los riesgos de aplicar ejercicio sin supervisión sanitaria en estos pacientes, por la cantidad de patologías relacionadas.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Obesidad y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) quiere ayudar a visibilizar esta enfermedad crónica, compleja y multifactorial.

De hecho, es tal su complejidad que se habla de obesidades, porque no hay una sola”, explica María Jesús Jimenez, presidenta de la Comisión de Fisioterapia en Enfermedades Metabólicas del CPFCM.

Parte de lo complejo de la obesidad tiene que ver con la cantidad de aspectos implicados: metabólicos, del aparato locomotor y de salud mental, entre otros. Y en la mayor parte de ellos la Fisioterapia, dentro de equipos multidisciplinares, ayuda a los pacientes a recuperar fuerza y movilidad, mejorar la capacidad aeróbica, el sistema cardiovascular, etc., aumentando la calidad de vida de estas personas.

Factores de riesgo controlados

La obesidad predispone a padecer problemas cardiovasculares, musculoesqueléticos, respiratorios o renales, entre otros, y aumenta el riesgo de morbimortalidad. También incrementa las probabilidades de tener diabetes y ciertos tipos de cáncer.

Queremos que estas personas se muevan, pero siempre con los factores de riesgo bajo control. Hay evidencia científica de una prevalencia más alta de lesiones por sobrecarga en personas con obesidad y mayor dificultad en los procesos de recuperación”, continúa María Jesús Jiménez.

Las personas con obesidad suelen presentar más problemas en los miembros inferiores (rodillas, menisco y pies), en la columna y hombros (manguito rotador y zona glenohumeral), y también problemas reumáticos, fibromialgias o inflamaciones que conllevan dolor.

Es muy importante realizar un estudio personalizado al paciente, para conocer sus capacidades y limitaciones antes de desarrollar ejercicios de cierta intensidad. Es necesario que la actividad física se haga con supervisión”, dice María Jesús Jiménez, refiriéndose además a los equipos multidisciplinares de profesionales sanitarios que intervienen en este tipo de tratamientos. Dentro de ellos, los fisioterapeutas definen la dosis de ejercicio, la intensidad que se debe prescribir a cada paciente y la progresión que puede asumir esa persona.

La presidenta de la Comisión de Fisioterapia en Enfermedades Metabólicas del CPFCM señala tres ejemplos de situaciones que pueden suponer riesgos elevados cuando personas con obesidad realizan ejercicio sin supervisión o con la supervisión de un profesional no sanitario:

  • ejercicios de fuerza un poco exigentes pueden aumentar el riesgo de lesiones por sobrecarga o del aparato musculoesquelético;
  • trabajar a partir del 60% – 70% de la capacidad máxima, aumentando la función cardiorrespiratoria, puede incrementar el riesgo de alteraciones cardiovasculares;
  • realizar un ejercicio demandante de cierta intensidad en personas con diabetes de tipo 2 puede generar hipoglucemias.

En torno a la obesidad “aún sigue existiendo mucho prejuicio. Se relaciona a estas personas con pereza, abandono o escasa fuerza de voluntad, cuando el problema es mucho más profundo”, reflexiona María Jesús Jimenez.

Tras una cirugía bariátrica

Cuando se somete a una cirugía metabólica a estas personas hay varias situaciones secundarias a esa operación que también se pueden atender desde la Fisioterapia, como el aumento del dolor lumbar.

Aunque una de las intervenciones más frecuentes tiene que ver con el aumento de caídas.

Después de la cirugía hay un cambio drástico del volumen del cuerpo y del peso de estas personas y no es tan fácil manejarlo de un día para otro. Cuando el paciente tiene que subir o bajar una cuesta, pasar por un terreno irregular, etc., su cuerpo no es el mismo y no responde igual, hay pérdida de destreza”, continua María Jesús Jiménez.

Las Fisioterapia ayuda aquí a reeducar ese manejo del cuerpo. El ejercicio sensoriomotor y trabajo propioceptivo, junto con otros abordajes como la terapia manual, puede resultar muy útil para acercar el nuevo esquema corporal al que la persona percibe y alejado del que recuerda, y reducir el volumen de caídas.

Salud mental

La obesidad también está relacionada con frecuencia con problemas psicológicos, como ansiedad o depresión, y la Fisioterapia en Salud Mental realiza un trabajo importante desde una perspectiva biopsicosocial, por el acompañamiento, la motivación, la percepción corporal, la identidad o el propio manejo del cuerpo.

Diferentes intervenciones

La Fisioterapia desarrolla su labor con diferentes estrategias, desde educar en la prevención del riesgo cardiovascular a la prescripción de ejercicio terapéutico, siempre supervisado y realizado de forma progresiva, según la situación de cada persona, para evitar la aparición de efectos adversos.

Como complemento a otras medidas, como la dieta, el abordaje desde la rehabilitación fisioterápica se realiza a través de técnicas que actúan sobre el exceso de grasa, la musculatura y articulaciones de la persona, capacidad pulmonar, frecuencia cardiaca, etc.

Para ello, los fisioterapeutas diseñan programas personalizados y adaptados a las condiciones de cada paciente, trabajando de forma progresiva la intensidad, duración, frecuencia y tipos de ejercicios, y supervisando de manera constante el programa de actividad física.

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