Hay más de 285.000 casos de cáncer diagnosticados en España en 2022 y se estima que llegarán a 341.000 en el año 2040, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).
En paralelo, la supervivencia de los pacientes oncológicos también crece y la Fisioterapia quiere aportar más que hasta ahora en el terreno del cáncer, para mejorar la calidad de vida de estas personas y agilizar su recuperación.
Coincidiendo con el Día Mundial Contra el Cáncer, que se celebra hoy, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) reclama una mayor presencia de la prehabilitación, que apenas está extendida actualmente en los centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid ni en España en general.
Los programas de prehabilitación, avalados por la evidencia científica, están diseñados para mejorar la capacidad funcional del paciente antes de que se produzca la cirugía.
“Se trata de preparar a la persona que se va a someter a un tratamiento oncológico para que se enfrente a la cirugía en las mejores condiciones y que aprenda distintas técnicas que le ayudarán en el proceso posoperatorio. Eso se traduce, por ejemplo, en menos dolor”, señala Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
La prehabilitación aporta mejores resultados posquirúrgicos, menor tiempo de hospitalización y aumento de opciones terapéuticas. Como beneficios, produce una mejora de la función cardiorrespiratoria, aumento de la fuerza muscular, de la flexibilidad y mejora del estado emocional, disminuyendo el riesgo de ansiedad y depresión.
Es aconsejable realizar un mínimo de unas nueve sesiones a lo largo de tres semanas, aunque muchas veces no se puede lograr este objetivo. “Es un reto difícil, ya que la rapidez en el abordaje de un cáncer es fundamental para alargar la vida del paciente, lo que hace que se programe la cirugía lo antes posible”, explica la decana de los fisioterapeutas madrileños.
En los muy escasos centros en donde se aplica la prehabilitación, el proceso se inicia con la valoración global de cada paciente. Contempla la detección y prevención de posibles secuelas (físicas y mentales) que puedan aparecer durante el tratamiento oncológico, el abordaje y preparación del paciente para el tratamiento (mejora de la fuerza muscular y el rango articular; y entrenamiento y preparación de los músculos respiratorios: ejercicios para drenar secreciones, recuperar capacidad pulmonar y mejorar movilidad sin dolor).
“Una de las intervenciones más importantes y de las que mayor evidencia se tiene es la actividad y el ejercicio físico”, explica Ana Serrano, presidenta de la Comisión de Fisioterapia Oncológica del CPFCM. “Además, la evaluación del paciente previa al tratamiento y que llegue en buenas condiciones son dos aspectos clave para disminuir problemas derivados de los tratamientos oncológicos. También sería Importante Intervenir en la preparación de esa persona para disminuir el impacto de la cardiotoxicidad”.
A esto se añaden pautas de educación sanitaria y una serie de consejos para que el paciente pueda ocuparse de su autocuidado.
La prehabilitación resulta especialmente importante en tipos de cáncer como el de pulmón (el tercero en España por incidencia de casos), donde intervienen fisioterapeutas oncológicos y respiratorios. Cuando se trata de colon y recto (los más numerosos en España) o próstata (el cuarto más frecuente), también se incorpora el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico.
Reducir el dolor en el posoperatorio
Tomando como ejemplo un caso de cáncer de pulmón, un paciente realiza, previamente a la intervención, ejercicios:
- con bandas elásticas, pelotas, cinta o bici.
- ejercicio terapéutico, aeróbico, de fuerza, de rango articular.
Además, aprende a:
- ¿Cómo respirar?: respiración naso-bucal y abd-diafragmática, para así entrenar la capacidad ventilatoria y la reexposición pulmonar.
- Conocer y ser capaz de usar el incentivador volumétrico (IMT) para mejorar la musculatura respiratoria.
- eliminar secreciones: espiración lenta y tos, siempre con sujeción de herida quirúrgica.
- realizar ejercicios de automovilización, para que tras ser operada la persona sepa hacerlos de forma precoz en la cama, igual que a conocer y ser capaz de hacer transferencias con y sin drenaje de forma precoz, de cama-sillón, sillón-bipedestación (unido) y a caminar con drenaje para después de la operación.
- cuidar la cicatriz
“La prehabilitación oncológica y la fisioterapia en todas las etapas de la enfermedad están claramente infrautilizadas en nuestro país”, denuncia Ana Serrano. “Sin embargo, la Sanidad Pública tiene capacidad de mejorar los tratamientos de los distintos tipos de cáncer, reduciendo el sufrimiento físico y psíquico de las personas que los reciben, mejorando y agilizando su recuperación y atenuando el dolor en el proceso. Por eso es tan importante que la ciudadanía la conozca y la exija. Los pacientes tienen derecho a una mejor calidad de vida”.