Fisioterapia y cáncer

La Fisioterapia Oncológica reduce o mejora las secuelas de los pacientes con cáncer, como el dolor o la fatiga

Hay evidencias científicas de que la fisioterapia está logrando abordar los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y de la propia enfermedad, reduciendo y aliviando las secuelas.

Hay evidencias científicas de que la fisioterapia está logrando abordar los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y de la propia enfermedad, reduciendo y aliviando las secuelas.

Desde hace años se está registrando un aumento exponencial de casos de cáncer en el mundo. Se diagnosticaron cerca de 19,3 millones de nuevos cánceres en 2020 y se prevé que habrá 30,2 millones de casos nuevos en 2040, según la International Agency for Research on Cancer.

En paralelo, también ha aumentado la supervivencia de los pacientes y su calidad de vida.

En este proceso, hay evidencias científicas de que la fisioterapia está logrando abordar los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y de la propia enfermedad, reduciendo y aliviando las secuelas.

La Fisioterapia Oncológica previene, trata, recupera o mantiene las secuelas de los pacientes con cáncer. Actúa en todas las etapas de la enfermedad: antes del tratamiento, en el diagnóstico, en el tratamiento oncológico y durante toda la vida del paciente después de haber superado el cáncer”, explica Ana Serrano, presidenta de la Comisión de Fisioterapia Oncológica y Cuidados Paliativos del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

Por eso, los fisioterapeutas madrileños reclaman una mayor presencia en el abordaje global de los pacientes con cáncer, ya que muy pocos centros han integrado a estos profesionales en la actualidad. “Sin embargo, está demostrado que la Fisioterapia Oncológica es más eficaz cuanto más temprana sea la intervención y mejora en gran medida la calidad de vida del paciente, tanto a nivel físico como psicológico”, continúa Ana Serrano.

Para ello, los fisioterapeutas se apoyan en diferentes posibilidades, como técnicas manuales adaptadas al paciente con cáncer, ejercicio terapéutico, masaje oncológico, tratamiento del linfedema, técnicas instrumentales y comportamentales.

A medida de cada paciente

La fisioterapia trabaja, entre otros aspectos, los dos síntomas más generalizados entre pacientes oncológicos: el dolor y la fatiga, que aparecen en el 90% de las personas con cáncer, durante algún momento de la enfermedad.

Los fisioterapeutas también tratan otros problemas asociados a una restricción de la movilidad, o de los tejidos o cicatrices, alteraciones cardiovasculares, motoras, en la sexualidad, neuropatías, trismus o incontinencias.

De hecho, los fisioterapeutas madrileños recuerdan que, si empiezan a abordar al paciente antes de que reciba el tratamiento, pueden mejorar los efectos derivados de la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia.

Ya durante el tratamiento, la fisioterapia ayuda a minimizar los efectos secundarios en el sistema cardiovascular, muscular, articular o nervioso del paciente oncológico.

Los tratamientos de fisioterapia siguen siendo eficaces en la etapa posterior al cáncer, colaborando a paliar las secuelas de la enfermedad y a prevenir trastornos que se deriven. El abordaje de las cicatrices, adherencias o fibrosis; la recuperación de la movilidad, el equilibrio o la musculación del paciente resultan fundamentales en esta fase. También es posible prevenir complicaciones como el linfedema, clave en procesos como el cáncer de mama.

Los fisioterapeutas reciben formación especializada para este tipo de tratamientos y su intervención se realiza en coordinación con el oncólogo y con el resto de profesionales que tratan al paciente, tras analizar distintas variables para conocer si cada persona se encuentra en un estado óptimo para recibir el tratamiento de fisioterapia o si se debe posponer.

Además, “las técnicas se adaptan siempre de manera personalizada. No hay dos pacientes con los mismos síntomas. Aunque padezcan el mismo tumor y reciban un tratamiento similar, cada una reacciona de modo distinto y nos adaptamos a cada situación”, añade Ana Serrano.

Secuelas de la Covid-19

La pandemia de la Covid-19 ha repercutido negativamente, en mayor o menor medida, en todas las áreas que rodean a las personas con cáncer: psicológica, física, social y económica.

Incluso, en 2020 se detectó un número de casos similar al año anterior y la Sociedad Española de Oncología Médica señala que los programas de cribado de cáncer se vieron afectados por la pandemia de coronavirus, de modo que “con toda probabilidad, el número de cánceres colorrectales y de mama finalmente diagnosticados en 2020 fue menor al esperado”, indican en su informe Las cifras del cáncer en España 2021.

Esta situación ha hecho que los pacientes de cáncer perciban que su calidad de vida ha disminuido notablemente.

Así, la Fisioterapia Oncológica se ha tenido que reinventar durante este periodo, fomentando modelos de intervención a través de la educación terapéutica, el ejercicio terapéutico o las videoconsultas, para seguir atendiendo a las personas que padecen cáncer.

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid ha editado un vídeo que resume los distintos aspectos en que estos profesionales ayudan a los pacientes. Puedes acceder al vídeo desde aquí.

Junto a Ana Serrano, presidenta de la Comisión de Fisioterapia Oncológica y Cuidados Paliativos del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, también intervienen en el vídeo Virginia Prieto Gómez, fisioterapeuta experta en tratamientos oncológicos y miembro de la Comisión, y Covadonga Correas López, paciente de cáncer.

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