En la madrugada del pasado 6 de febrero, Turquía y Siria sufrían el primero de una larga serie de terremotos con gravísimas consecuencias. El gobierno turco emitió de manera inmediata un llamamiento internacional de auxilio.
Como respuesta, en España se activó ese día la logística para movilizar al Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta a Emergencias (START, por sus siglas en inglés: Spanish Technical Aid Response Team). Se trata de un grupo interdisciplinar, mayoritariamente sanitario, diseñado para desplegarse en menos de 72 horas y actuar en toda emergencia humanitaria en que la Cooperación Española decida intervenir.
Esta iniciativa es capaz de levantar en tiempo récord un completo hospital de campaña que dispone de zona de triaje y da servicio de urgencias generales, cirugía, obstetricia, pediatría, traumatología, fisioterapia y psicología. También dispone de equipos de reanimación, anestesia general básica y radiología.
Entre esas personas se encontraban dos fisioterapeutas madrileños: Ángel Modrego (colegiado n.0 2.751) y Raquel García (colegiada n.0 992), que junto a María Arranz han integrado el equipo de fisioterapeutas de START en Turquía.
Ángel Modrego, que trabaja en el centro de salud madrileño de la calle Silvano y es profesor en la Universidad Complutense, además tiene un largo recorrido en acciones humanitarias. Ha intervenido a través de diferentes ONG en varios países de Latinoamérica y ya formó parte del equipo START que acudió a Mozambique en 2019 para ayudar a la población afectada por el ciclón Idai, acción que mereció la Medalla al Mérito Civil para todos los participantes.
Raquel García, que trabaja en el centro de salud Lucero, también cuenta con una extensa biografía como voluntaria en España. Ha colaborado desde los 18 años tanto con Cruz Roja como con el servicio de emergencias de Protección Civil.
Tres rotaciones
El equipo START llegó a territorio turco en la madrugada del 10 de febrero y estuvo actuando hasta el 21 de marzo, en la ciudad costera de Alejandreta (Iskenderun en turco, en la provincia de Hatai), destino vacacional al sur del país hasta entonces y una de las zonas más afectadas por los terremotos, de manera especial por el primer seísmo.
Durante ese tiempo han rotado tres equipos, que han trabajado dos semanas cada uno, según el protocolo, ya que es una labor extenuante de más de 12 horas en la mayor parte de los días y sin jornadas libres. Asumiendo, además, durante su estancia desde un intenso frío a intensas lluvias.
El hospital de campaña español ha estado abierto las 24 horas del día, con capacidad quirúrgica y de hospitalización de hasta 24 personas. Puede atender a una media de 200 personas diarias y realizar hasta siete cirugías mayores o bien 15 operaciones menores cada jornada.
La de Fisioterapia ha sido una de las unidades con más trabajo: una veintena de pacientes en muchos de los días. En parte, porque había un solo fisioterapeuta por turno -otras profesiones tenían más personal-, y por las características de las lesiones, con graves afectaciones traumatológicas.
En total, realizaron más de 300 sesiones a pacientes afectados por diversas patologías. En mayor medida: neuropatías periféricas por atrapamientos, lumbalgias y cervicalgias en quienes ayudaban en el desescombro, cervicalgias por estrés y problemas osteomusculares en personas que se vieron obligadas a vivir y dormir en la calle, en sus coches o en tiendas de campaña muy austeras.
“Tuvimos que suplir a todos los hospitales de los alrededores. En las instalaciones españolas se atendían problemas de traumatología, curas de heridas de todo tipo, operaciones y, con los días, rehabilitaciones postraumáticas y posquirúrgicas. También venían pacientes con patologías crónicas que no les podían tratar en otro lugar por los efectos de los terremotos”, explica Modrego.
“Hemos prolongado los tratamientos todo lo necesario, siempre que hemos podido, y les hemos dejado instrucciones para que estas personas puedan continuar su rehabilitación una vez que el hospital español ha regresado. No sabemos qué condiciones sanitarias van a tener a su alrededor estos pacientes en los próximos meses”, añade Raquel López.
Esta colegiada madrileña también destaca la importancia de la unidad de Salud Mental dentro del hospital y la estrecha relación con la de Fisioterapia. “Cuando atiendes neuropatías como fisioterapeuta ves que detrás del trauma físico hay traumas psicológicos, personas que lo han perdido todo: su casa, sus pertenencias y en la mayor parte de los casos, a familiares cercanos. Un momento circunstancial les ha cambiado la vida”.
Agradecimiento del pueblo turco
Raquel García califica la experiencia, con toda su dureza, de muy enriquecedora. “Cuando participas en una misión humanitaria de este tipo vas dispuesta a darlo todo. Pero al regresar te traes más de lo que dejas. La generosidad y el agradecimiento del pueblo turco han sido enormes. Lo compartían todo; de manera especial, quienes menos tenían”.
Ángel Modrego coincide con su compañera. “Resulta muy alentador ver que tu trabajo es tan útil para la población. En estos contextos, además, las personas que intervienen ofrecen lo mejor de sí, todo es plena colaboración, sin límites”.
Ambos subrayan también la colaboración de los voluntarios turcos que han participado como intérpretes de manera desinteresada, sin suya asistencia no hubiese sido posible el trabajo del equipo español.
Rapidez extrema
La agilidad de la respuesta resulta vital ante una catástrofe como la que han sufrido Turquía y Siria. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) lideró en 2016 la puesta en marcha de START.
Cuando resulta necesario, esta engrasada maquinaria contacta con más de 300 profesionales del Sistema Nacional de Salud, solicitando su colaboración, de cara a tener identificadas en 72 horas a las personas que se pueden desplazar.
“Se ha generado una ‘bolsa’ tras una baremación que incluye cuestiones como méritos, experiencia en cooperación o idiomas. De ese listado, cuando surge una emergencia, se identifica con rapidez a las personas disponibles, ya que algunas de las que se inscribieron pueden estar enfermas o tener algún compromiso ineludible”, señala Modrego, recordando que ese grupo también recibe frecuente formación, participan en simulacros, etc., para mejorar su cualificación.
Este fisioterapeuta madrileño también destaca las facilidades que han encontrado por parte de la Gerencia de Atención Primaria a la hora de permitir que los profesionales de START de la región puedan incorporarse a esta labor humanitaria y realizar las formaciones necesarias para estar en las mejores condiciones.
Instalación autosuficiente
El hospital de campaña español es autosuficiente. Tiene su propio laboratorio, farmacia y sistemas de esterilización de material.
Cuenta con una planta potabilizadora de agua y sistemas adicionales de ultrafiltración, que permiten potabilizar unos 5.000 litros por hora; sistemas de almacenaje de agua limpia de hasta 120 metros cúbicos; puede generar 54,6kW de electricidad y dispone de un sistema fotovoltaico que podría alimentar la iluminación del hospital. Además, el equipo dispone de la capacidad de gestión de 20 kg de residuos sólidos por hora gracias a su incineradora.
(En la primera imagen, Ángel Modrego atiende a una paciente en la Unidad de Fisioterapia del hospital de campaña español en Turquía)