El tratamiento con fisioterapia en una fase intermedia de la esclerosis múltiple favorece de forma determinante la autonomía y calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad

Si bien en las fases iniciales de la esclerosis múltiple el papel de la fisioterapia está más orientado a la formación del paciente sobre la prevención de la fatiga y otros síntomas, en la segunda fase, el fisioterapeuta es esencial para hacer frente a los síntomas motores y sensitivos que van apareciendo y poder mantener así la autonomía del paciente. 

Pedro Rivas Chéliz, fisioterapeuta experto en neurorrehabilitación y fisioterapia respiratoria, explica que, en fases avanzadas de la esclerosis múltiple, “la presencia del fisioterapeuta es de vital importancia para mantener el trofismo muscular, la elasticidad y los rasgos articulares con el objetivo de prevenir desviaciones en las articulaciones, asimetrías en la columna vertebral, contracturas y dolores, y una buena musculatura pulmonar”.

Asimismo, este experto destaca la importancia de comenzar el tratamiento con fisioterapia al inicio de la enfermedad, aunque reconoce que “en muchos casos no es posible, por lo que el fisioterapeuta será el encargado, en las fases avanzadas, de evitar problemas derivados de la inmovilidad como dolores y contracturas”. 

En este sentido, Pedro Rivas Chéliz recuerda que mantener la movilidad y preservar la integridad musculoesquelética, preservar la estabilidad postural, trabajar las alteraciones sensitivas y los problemas de la marcha, así como mantener la coordinación y una buena capacidad aeróbica y de resistencia a la actividad física; son otros de los objetivos específicos que tiene el trabajo con fisioterapia en pacientes con esclerosis múltiple.

Según datos del Comité Médico Asesor de la Federación Esclerosis Múltiple España (EME), la esclerosis múltiple es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente en adultos de entre 20 y 40 años que afecta a más de 55.000 personas en España, la mayoría de ellas, mujeres.

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