El Día Mundial de la Fisioterapia (#DMFisioterapia23), que se celebra hoy, está dedicado a la artritis y sus distintas variantes, para visibilizar la enfermedad y la labor que desarrollan los fisioterapeutas en su tratamiento.
Con este motivo, el Colegio ha organizado una performance en la plaza de Juan Goytisolo (frente a la entrada principal del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) con el lema “Que la artritis no te paralice” (#QueLaArtritisNoTeParalice).
Una multitud de maniquíes ha ocupado este espacio durante toda la mañana. A través de ellos y de sus posturas se ha representado la diversidad de formas en que se manifiesta la artritis, personalizada en casos reales. Además, un grupo de actores ha dado vida a una sorprendente coreografía sobre los síntomas que sufren estas personas.
“A través de este acto también hemos querido insistir en un mensaje: la actividad física es fundamental para las personas con artritis. El ejercicio, pautado por un fisioterapeuta, es beneficioso y seguro para estos pacientes. Por el contrario, la inactividad y el sedentarismo provocan más dolor y favorecen la aparición de otras enfermedades”, explica Pablo Herrera, vicedecano del Colegio.
Esta acción ha estado apoyada también por dos asociaciones de pacientes: ConArtritis (Coordinadora Nacional de Artritis) y Aecosar (Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis).
Enfermedad reumática crónica
La artritis es una enfermedad reumática, autoinmune y crónica que afecta a las articulaciones, con síntomas como dolor, hinchazón, rigidez matutina, enrojecimiento, pérdida de fuerza, de destreza y de movilidad.
Ciertos tipos de artritis pueden presentar otros síntomas no relacionados directamente con las articulaciones, como: dolor generalizado, fatiga extrema, piel escamosa y con picor (psoriasis), cambios en las uñas de las manos o de los pies, sarpullidos, fiebre, pérdida de peso e incluso afectar a otras partes del cuerpo, como los ojos, el corazón, los pulmones y el sistema nervioso.
La artritis no es una enfermedad única, sino que existen diversos tipos. Entre los más comunes están: artrosis, gota, artritis reumatoide, artritis idiopática juvenil y espondiloartritis (incluidas la espondiloartritis axial y la artritis psoriásica).
Afecta a todas las edades
Solo en una de sus variedades, la artritis reumatoide, se estima que hay unas 300.000 personas afectadas en España y cada año se diagnostican en torno a 20.000 casos nuevos.
Ampliando el foco, una de cada cuatro personas mayores de 20 años en España (cerca de 9,5 millones de españoles) tiene una enfermedad reumática.
La artritis produce importantes costes directos (derivados de la atención sanitaria y uso de fármacos) e indirectos (bajas laborales, impacto en calidad de vida de los pacientes, etc.). Se calcula que hasta un 5% de todas las incapacidades laborales permanentes en España se deben directamente a la artritis reumatoide, más frecuente en personas entre 40 y 60 años, y en mujeres.
Algunas formas de artritis son más comunes en mayores, pero esta enfermedad puede afectar a todas las edades y condiciones físicas, incluidos niños, adolescentes y personas que practican deporte con frecuencia.
Aportación de la fisioterapia
La fisioterapia ayuda a mitigar el dolor y la fatiga, a mantener las articulaciones lo más móviles posible, fortalecer el corazón y los pulmones; mejorar la fuerza, la resistencia muscular y el equilibrio; reducir el riesgo de padecer otras enfermedades (cardiovasculares, diabetes, etc.) y prevenir la pérdida de densidad ósea. También ayuda a reducir la depresión o ansiedad, que suelen ir asociadas a la artritis.
En este sentido, el ejercicio terapéutico resulta fundamental en el tratamiento de todas las formas de artritis y ofrece numerosos beneficios para la salud. Es importante que las personas con artritis se mantengan activas y sigan moviéndose todo lo posible.
El fisioterapeuta, dentro de un equipo interdisciplinar, es el profesional que guía al paciente sobre cómo hacer ejercicio de manera segura, aumentar sus niveles de actividad, establecer metas, controlar los síntomas y encontrar el equilibrio adecuado entre descanso y actividad. También ayuda a acceder a la atención de otros profesionales, como especialistas médicos, psicólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y otros.
El fisioterapeuta orienta a cada paciente con un programa de ejercicios personalizado que combina cuatro áreas: movilidad, fortalecimiento muscular, aeróbicos y de equilibrio.
Riesgo del sedentarismo
La inactividad física y el sedentarismo son frecuentes en las personas con artritis reumatoide (AR). Menos del 14% de ellas realizan actividad física en los niveles recomendados.
Las personas con AR tienen entre 1,5 y 2 veces más riesgo de enfermedad coronaria y el doble de riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca que la población general.
Aunque al principio sólo puedan dedicar 10 minutos cada vez, es importante que los pacientes reduzcan la inactividad física y el tiempo que pasan sentados, aumentando a partir de ahí, de forma progresiva, el tiempo que están activos.
“La evidencia científica ha demostrado que evitar el movimiento puede empeorar los síntomas. El ejercicio -controlado, por supuesto- incluido el levantamiento de pesas y ejercicio de alta intensidad, es beneficioso y seguro para las personas con artritis. El fisioterapeuta aconsejará a cada paciente sobre cómo empezar a hacer ejercicio y cómo aumentarlo gradualmente a medida que su cuerpo se fortalezca”, concluye Pablo Herrera.
Generar conciencia
“La fisioterapia es un aliado y elemento clave para ayudar en el tratamiento de la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la artritis idiopática juvenil y la espondiloartritis. Contribuye a aliviar el dolor y la rigidez, síntomas que limitan a las personas que padecen estas enfermedades”, destaca Antonio Torralba, delegado de ConArtritis-Madrid. Y, refiriéndose a la performance, añade: “actividades como esta, sin duda, ayudan a generar conciencia y empatía con las personas que tienen estas enfermedades y a dar visibilidad a su realidad”.
“Patologías osteoarticulares como las nuestras, que limitan tanto la movilidad y están acompañadas con frecuencia de dolor crónico, fatiga, afectación emocional y otras comorbilidades, merman la autonomía de los pacientes. En este sentido, el trabajo que realizan los fisioterapeutas es fundamental para mejorar nuestra calidad de vida”, afirma Jose Luis Baquero, coordinador de Responsabilidad Social Corporativa de OAFI (Fundación Internacional de Artrosis) y de AECOSAR.