Deportistas como los ciclistas, por su exposición al sol, y personas mayores, son los perfiles ante los que los fisioterapeutas prestan mayor atención

A lo largo de esta temporada de verano, se intensifica la información acerca de la importancia de tomar medidas frente al sol, prestando especial atención a los pacientes con lesiones cutáneas que tengan cualquier duda.

En este sentido, los fisioterapeutas jugamos un papel importante a la hora de detectar posibles lesiones producidas por el sol. “Por las características de nuestro trabajo, en el que tenemos habitualmente contacto directo con algunas zonas del cuerpo de difícil acceso visual, como puedan ser la espalda o la parte posterior de las piernas, debemos ser proactivos en la atención sanitaria a nuestros pacientes para detectar posibles lesiones cutáneas”, ha explicado el vicesecretario general del CPFCM, Luis Torija.

Asimismo, también ha recordado que debemos enfatizar la observación sobre sospechas cutáneas al tener un mayor riesgo de lesiones a los deportistas y personas mayores. Además, señala que como profesionales sanitarios, “tenemos que contar con conocimientos básicos para poder transmitir la información necesaria al paciente en caso de detectar cualquier sospecha de lesión cutánea y derivarle al especialista”, ha indicado Torija.

Por este motivo, y tal y como ha explicado, “la Institución Colegial tiene el objetivo de implementar iniciativas que permitan a los fisioterapeutas adquirir más conocimientos sobre este tema y poder ofrecer una atención mucho más completa”. 

Protegerse del sol

Tal y como ha explicado la dermatóloga Reyes Gamo, “estas son las recomendaciones para la fase de prevención primaria, pero respecto a la protección secundaria, una vez que el daño ya está hecho, bien porque nos hemos quemado siendo niños o porque hemos ido acumulando sol en nuestra piel; debemos observarnos y acudir al dermatólogo si vemos lesiones o cambios que nos parecen sospechosos”.  

Algunos de los síntomas a los que debemos prestar atención es a los cambios de lunares ya existentes, la aparición de nuevo o lesiones en zonas como la cara o el cuero cabelludo. “Debemos prestar especial atención también si aparecen lesiones que sangran o de rápido crecimiento”, ha añadido. 

Asimismo, la especialista ha recomendado acudir al dermatólogo una vez al año y autoexplorarse, una práctica que, según ha explicado, “no requiere más de dos minutos y se puede realizar cada mes o dos meses con facilidad, utilizando un espejo para comprobar aquellas zonas de difícil acceso visual como la espalda”.  

Reyes Gamo ha recordado que es fundamental protegerse del sol no solo en verano, en la piscina o en la playa, sino también en invierno y vigilar la piel independientemente de su fototipo. “Hay que protegerse del sol en cualquier época del año, especialmente si eres deportista o trabajas al sol, y olvidar la idea de que los melanomas solo aparecen en personas pelirrojas, de piel clara o con muchos lunares, porque el daño solar se acumula en cualquier tipo de piel”, ha concluido.

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