Carátula del videoconsejo sobre esclerosis múltiple

Alivio de los síntomas de la esclerosis múltiple

La fisioterapia mejora los síntomas de la esclerosis múltiple. Aumenta la flexibilidad y la fuerza de los pacientes, reentrena el equilibrio y previene complicaciones derivadas de la inmovilidad.

Coincidiendo con la celebración de su Día Mundial el próximo 30 de mayo, el CPFCM dedica su nuevo videoconsejo a la esclerosis múltiple (EM).

Conocida como “la enfermedad de las mil caras” por su versatilidad a la hora de manifestarse en cada paciente, se trata de una dolencia que ha duplicado el número de afectados en España en los últimos 20 años. En este momento hay 55.000 enfermos de EM en España, con una incidencia de 2.000 nuevos pacientes cada año y la enfermedad ya supone la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes.

Se trata de una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que ataca a la mielina, una cubierta protectora de las células nerviosas que permite que las señales eléctricas se muevan rápidamente a lo largo de los nervios, que se encuentran por todo el cuerpo. Esto ocurre por un error del sistema inmunitario.

De este modo, la mielina queda dañada y forma un tejido cicatricial que interrumpe las señales del cerebro. Se manifiesta por muchas partes del organismo y de forma diversa en cada paciente, afectando al cerebro y a la médula espinal. Se suele manifestar entre los 20 y los 40 años y normalmente evoluciona en brotes.

Durante esos periodos se produce una exacerbación de uno o de varios síntomas, que pueden ser: debilidad muscular, problemas de equilibrio, espasmos, dificultades para coordinar movimientos, síntomas vesicales e intestinales, afectación ocular con visión doble o movimientos oculares incontrolables, dolor facial, hormigueo en las extremidades, problemas de habla y deglución, de atención o memoria y, sobre todo, la fatiga, que resulta muy limitante en las actividades diarias. 

La fisioterapia es de gran ayuda para los afectados como parte de una atención interdisciplinar y, en especial, si entra a formar parte del tratamiento del paciente desde la fase inicial de la enfermedad. Entre las aportaciones que ofrece destacan:

.- alivio de los síntomas que vayan apareciendo;

.- aumento de la fuerza y la flexibilidad muscular;

.- mejora de la sensibilidad;

.- reentreno del equilibrio y la marcha;

.- prevención de complicaciones de la inmovilidad;

.- y asesoramiento en el uso y manejo de ayudas técnicas como muleta, bastón o silla de ruedas.

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