Mejora la respuesta fisiológica que se produce en los primeros momentos tras abandonar el tabaco, con técnicas de aclaramiento bronquial y de reducción de la tos.
Aunque menos conocida que otras técnicas que facilitan dejar de fumar, la fisioterapia respiratoria tiene un papel importante para abandonar esta adicción. A la vez, también ayuda a evitar las infecciones de bronquios y pulmones, mejora la fuerza de los músculos ventilatorios y optimiza la función respiratoria.
“No significa que sólo con fisioterapia alguien vaya a dejar de fumar, pero se debería integrar la fisioterapia dentro de los equipos multidisciplinares que abordan este tipo de procesos, tanto para superar la ansiedad que se produce en los primeros días como para mejorar todo lo relacionado con el sistema respiratorio”, explica Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
Los fisioterapeutas desarrollan técnicas de aclaramiento bronquial que reducen la tos y mejoran la dinámica respiratoria. Además, el fisioterapeuta también apoya e informa a los fumadores que desean dejar el tabaco sobre el proceso que van a experimentar y les ayuda a identificar correctamente los síntomas asociados al abandono del hábito.
“A partir del tercer o cuarto día tras el último cigarrillo aumentan las secreciones y la tos. El fumador suele asociar erróneamente esto a un empeoramiento de su salud, pero en realidad es un síntoma de mejora del sistema respiratorio, de los pulmones que se están limpiando, y que se debe tratar, reeducando la tos productiva y la automovilización”, continúa Mar Esteban.
El CPFCM también destaca el papel de los fisioterapeutas en el periodo de deshabituación, un proceso que está asociado especialmente a la ansiedad. En este sentido, las técnicas de relajación y de control de la respiración son otras acciones de fisioterapia respiratoria que previenen y mejoran las alteraciones producidas por el tabaco en el sistema respiratorio del paciente.
Además, los fisioterapeutas recuerdan que, una vez abandonado el hábito, pueden manifestarse secuelas, como una mayor tendencia a contraer infecciones respiratorias o secreciones abundantes. En estos casos, el tratamiento fisioterápico prioriza siempre el manejo de estas secreciones, la reducción de la tos y la mejora de la dinámica respiratoria en función de los síntomas.
Más allá, la fisioterapia también trabaja sobre la enfermedad respiratoria obstructiva crónica (EPOC), consecuencia del consumo del tabaco en el 90% de los pacientes diagnosticados y causante a su vez de diversos problemas. En este sentido, hay técnicas de fisioterapia respiratoria, como las prácticas ventilatorias o el ejercicio físico guiado, que ayudan a reducir estos episodios a los fumadores con dificultad respiratoria y ahogo, que colaboran a mejorar su calidad de vida.