Ante un dolor intenso, lo más adecuado es parar

El dolor es un indicador de que algo no está funcionando correctamente en el organismo y obviarlo puede terminar en lesiones. Si aparece dolor intenso, repentino o nuevo al correr, conviene que pares, acudiendo a tu fisioterapeuta para descartar daños estructurales.

El dolor es un indicador de que algo no está funcionando correctamente en el organismo y obviarlo puede terminar en lesiones. Si aparece dolor intenso, repentino o nuevo al correr, conviene que pares, acudiendo a tu fisioterapeuta para descartar daños estructurales.

Mientras que los participantes en Madrid Corre por Madrid prosiguen con sus entrenamientos, surgen varias dudas sobre el dolor en el ejercicio: ¿qué papel juega?, ¿cuándo y por qué parar?, ¿es bueno autoexigirse en exceso?, ¿cuándo es necesario acudir al fisioterapeuta?…

Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), Colaborador Oficial de esta prueba, aclaran estas preguntas.

¿Qué papel juega el dolor?

En primer lugar, el dolor, igual que la inflamación o la fiebre, es un indicador de que algo no va del todo bien en el organismo, y obviarlo podría terminar en una lesión.

Sentir un cierto grado de dolor durante el ejercicio es habitual entre las personas que se están iniciando en el deporte o entre aquellas que se exceden en su práctica. Es lógico: al trabajar zonas poco habituadas al esfuerzo o al sumar excesiva carga muscular se genera dolor, pero no tiene mayor importancia en principio y cede con el descanso.

Para disminuirlo o evitar su aparición es necesario que realices una buena progresión y que mejores o adaptes tu técnica deportiva. Por eso, los deportistas, y aún más si son noveles, deben apoyarse en preparadores físicos profesionales que les expliquen el gesto, que les den unas pautas de progresión en tiempo e intensidad, etc.

Sin embargo, si persiste el dolor, debes atender a esa señal de alerta y acudir a tu fisioterapeuta.

¿Cuándo debemos parar?

Generalmente, un dolor agudo desde el comienzo del ejercicio en una persona sana no es normal y puede deberse a que la técnica empleada no sea la adecuada. Tienes que parar y consultar a un profesional.

Si ese el dolor es intenso, repentino o nuevo, también es necesario que pares, acudiendo en este caso a tu fisioterapeuta para descartar daños estructurales.  Antes incluso, si estás saliendo de una lesión o tienes una patología previa es importante que acudas a una consulta de fisioterapia para averiguar qué ejercicios puedes hacer y, sobre todo, qué ejercicios debes descartar.

En cambio, un dolor que surge durante el ejercicio a causa de la fatiga muscular podría ser normal si desaparece tras descansar. Las personas acostumbradas a hacer deporte lo identifican enseguida, así como ese dolor postejercicio que aparece a las 24-48 horas después de haberlo realizado. Se trata de molestias poco importantes a priori.

Los deportes de larga duración provocan más dolor

Aunque todos los ejercicios son susceptibles de provocar dolor por mala técnica, desuso o sobreuso muscular y articular, hay deportes en los que la probabilidad de que aparezca el dolor es mayor. Por ejemplo, en los de larga duración, que conllevan un control sistémico más exhaustivo del deportista y su desajuste podría provocar varios síntomas, entre ellos el dolor. En definitiva, el dolor siempre es un síntoma a valorar, aunque sean las famosas agujetas. En estos casos, los recomendable es descansar, aplicar baños de contraste (alternando agua fría y templada) para aumentar flujo sanguíneo, y pequeños ejercicios de tonificación y movilización. Y si el dolor es agudo, siempre conviene que acudas a tu fisioterapeuta.

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